Los días pueden empezar muy temprano y terminar muy tarde, cuando las dos circunstancias coinciden acumula el cansancio y no nos permite dar lo mejor de cada persona.
Somos conscientes de que tenemos que descansar, que hay que encontrar elementos de fuga y que es importante gestionar el trabajo, pero no siempre lo conseguimos. Cuando tenemos que hacer una intervención en público y nuestro estado no es el mejor, hay que trabajamos la respiración por poder transmitir bien nuestro mensaje.
La comunicación en público es muy transparente. La audiencia es capaz de detectar el estado físico de la persona que está hablando y esta circunstancia influye en la forma como se recibe el mensaje. Por lo tanto es bueno saber algunas dos pequeñas técnicas para poder causar una buena impresión:
- Respirar: es muy bueno activarnos. Normalmente el cansancio va acompañado de una bajada de la tensión del cuerpo. Activamos la respiración haciendo respiraciones cortas y rápidas (sin llegar a marearnos). Esto se puede hacer unos 10 minutos antes de una intervención. Activará el cuerpo, pero también gastará más energía, por lo tanto hay ser conscientes de la duración del acto o intervención para gestionar nuestra energía.
- Colocar bien el cuerpo: Una buena colocación, abierta, con la musculatura con la tensión justa ayudará a mantener la fuerza del mensaje. Pensamos sobre todo en la colocación de la espalda, no dejamos que esté encorvada.
De esta manera podremos gestionar nuestra energía y transmitir un buen mensaje. Pero sobre todo hay que hacemos caso a nuestro cuerpo, que la escuchamos y que tengamos la capacidad de encontrar momentos para el descanso. El cuerpo tiene memoria y es importante que tenga sus ratos de descanso para poder descansar la musculatura y la mente.
